Varias barreras sustanciales a la entrada protegen a los fabricantes de semiconductores, blindando sus márgenes de beneficios:
- La creación de un nuevo semiconductor requiere enormes inversiones financieras, aunque sólo sea para las máquinas litográficas que cuestan unos 100 millones de dólares.
- Los miles de ingenieros altamente cualificados y remunerados que se necesitan para investigar, diseñar y fabricar semiconductores no pueden contratarse de la noche a la mañana.
- Un gran número de patentes protegen la propiedad intelectual que hay detrás de los semiconductores.
Estos economic moats consagran ventajas competitivas. Por eso, pioneros de los semiconductores como Texas Instruments (inventó el primer circuito integrado del mundo en 1958) e Intel (creó el primer chip comercial en 1971) siguen siendo líderes. Este es un factor interesante sobre el que reflexionar a la hora de considerar una inversión en un ETF de semiconductores.