Hidrógeno: ¿Inversión a largo plazo o aire caliente?

Cuando lanzamos el VanEck Hydrogen Economy UCITS ETF hace poco menos de 18 meses, en marzo de 2021, nuestro momento distaba mucho de ser perfecto. Con el beneficio de la retrospectiva, lo hicimos en el apogeo del entusiasmo por las empresas tecnológicas, y la tecnología limpia en especial: este optimismo se ha evaporado en el desplome del mercado de 2022.

¿El resultado? Nuestro ETF de hidrógeno ha bajado significativamente de precio, junto con el mercado tecnológico en general.

Y, sin embargo, se han realizado grandes progresos para encontrar la forma de situar el hidrógeno en el corazón de la economía de carbono cero del mañana, como sustituto parcial de los combustibles fósiles. Eso hace que el caso de inversión a largo plazo para las acciones de hidrógeno sea mayor de lo que era cuando lanzamos el ETF, mientras que las propias acciones son considerablemente más baratas.

El hidrógeno "verde" es un valioso contribuyente a la descarbonización, ya que se produce por electrólisis, que no emite CO2 si funciona con energías renovables. Además, puede colmar algunas lagunas del futuro espectro energético gracias a su alta densidad energética y a otras cualidades específicas. Eso significa que es un combustible viable para formas pesadas de transporte como camiones y aviones; la producción de acero; algunas formas de calefacción.

Para dar un ejemplo de la fe que los gobiernos están depositando en el hidrógeno, la UE se ha propuesto instalar 40 GW de electrolizadores para 2030. Y aunque el hidrógeno verde representa hoy menos del 0.1% de la combinación energética mundial, esta cifra podría aumentar hasta una cuarta parte en 2050, según algunas estimaciones.¹

Algunas grandes empresas ya están realizando importantes inversiones y situando el gas más abundante del mundo en el centro de sus planes para la transición energética. Cabe destacar que sus iniciativas están empezando a pasar de la intención a la acción: en 2022 se han tomado medidas concretas para desarrollar productos y empresas del hidrógeno.

Por ejemplo, Airbus, que anunció en 2020 que quería lanzar un avión comercial con cero emisiones para 2035. En 2022, ha empezado a probar las tecnologías del hidrógeno necesarias en un demostrador del avión A380. Sin embargo, parece que podría adelantárseles una pequeña empresa holandesa, Hydrogen Aircraft Powertrain and Storage System, que planea hacer volar un avión de pasajeros de 40-80 plazas de Ámsterdam a Londres en 2028, es decir, dentro de solo seis años.

Volviendo a la industria siderúrgica, H2 Green Steel planea aprovechar el hidrógeno para reducir en un 95% las emisiones de CO2 de la producción de acero, una de las industrias más difíciles de descarbonizar. Acaba de recibir el permiso para construir su primera planta en Boden, al norte de Suecia.

Por último, Shell, una de las mayores compañías de petróleo y gas, acaba de anunciar que construirá en Rotterdam la primera fábrica ecológica de hidrógeno de los Países Bajos.

Más allá de la crisis del cambio climático, la terrible invasión rusa de Ucrania es otra emergencia que empuja al hidrógeno verde al centro de nuestras vidas. Eso se debe a que la guerra ha alertado a todos los países sobre los riesgos de la seguridad energética. Con Rusia utilizando la energía como arma, el hidrógeno verde es una forma de energía que puede producirse dentro de las fronteras de un país.

Para aquellos inversores que piensen que ahora es un buen momento para invertir en hidrógeno, el VanEck Hydrogen Economy UCITS ETF es la manera más directa de hacerlo en el conjunto de los ETF. En una industria tan joven, todavía no hay ninguna empresa que genere todos sus ingresos a partir del hidrógeno. Sin embargo, nuestro ETF se centra en aquellas que obtienen al menos la mitad de sus ventas de áreas relacionadas con el hidrógeno.