Los activos digitales son una nueva innovación tecnológica con una historia limitada. No hay garantías de que el uso de los activos digitales siga creciendo. Una contracción en el uso de los activos digitales puede provocar un aumento de la volatilidad o una reducción del precio de dichos activos digitales, lo que podría repercutir negativamente en el valor de los ETN. Por ejemplo, Bitcoin, uno de los primeros activos digitales, se inventó en 2009. Por lo tanto, los activos digitales y sus respectivos historiales de negociación existen desde hace relativamente poco tiempo, lo que limita la capacidad de un inversor potencial para evaluar la inversión en las notas. Ese es uno de los factores de riesgo que hay que tener en cuenta antes de realizar una inversión en un ETN de Ethereum.